martes, 18 de noviembre de 2008

La rosa

Lo había conseguido, no sabía cómo pero estaba allí. Todo empezó leyendo el periódico, al principio se pensaba que era una broma pero dijo que no perdía nada por intentarlo. Les escribió y esperó la respuesta. Comenzó a imaginarse de qué forma sería su vida si conseguía el premio; le dio mil vueltas en su cabeza pero sabía que sólo eran especulaciones, la única realidad era que las probabilidades eran nimias aunque no por ello se iba a rendir a las primeras de cambio.

Pasaba el tiempo y no obtenía respuesta, pensó que no la habían seleccionado y el tema fue quedando en el olvido. Una noche encendió el ordenador y vió que tenía un mensaje de un remitente desconocido para ella, lo abrió y no se lo podía creer: le comunicaban que debía presentarse al día siguiente en las oficinas del periódico. La noche fue larga, no pudo dormir y las horas se le hicieron interminables. Amaneció y encaminó sus pasos hacia el lugar convenido. Entró y nada más presentarse le dieron un sobre con las instrucciones a seguir: debía presentarse en el aeropuerto a la mañana siguiente con ropa de expedición y nada más. Estaba intrigada y no se imaginaba por qué tanto misterio.

A la hora fijada se presentó y vió que además de ella había otras nueve personas más. Diez competidores para un premio muy especial: con él su vida estaría encaminada para siempre, no tendrían que decidir nunca nada ya que consultando dicho objeto todo sería claro, no habría dudas ni incertidumbres, el rumbo a decidir lo tendría marcado claramente. Subieron al aeroplano y allí les dieron unos paracaídas, se sentaron y emprendieron el vuelo. Les dieron nuevas instrucciones en otro sobre: saltarían del avión y aterrizarían en una isla, desde donde cayeran debían dirigirse al alto de la montaña y el primero que llegara se llevaría el premio. Nunca antes habia saltado pero valía la pena intentarlo todo por tener su vida ya resuelta.

Saltó y... observó a los demás mientras bajaba, se había quedado un poco alejada de ellos pero no le importó, teniendo en cuenta su inexperiencia no lo había hecho mal del todo. El camino fue largo y dificultoso, las horas pasaban y el cansancio hacia mella en ella. No se dió por vencida y comenzó a escalar la montaña; en todo ese tiempo no había vuelto a ver a sus compañeros y desconocía la situación de los mismos. Dejó de pensar, de sentir y de mirar; lo tenía tan cerca que enfocó su mente hacia el objetivo.

Hizo un último esfuerzo y se presentó en la cima. Lo primero que pensó fue que ya se le habían adelantado, tanto sacrificio para nada. Se aproximó al centro donde veía el tocón de un árbol que tenia ya hacía varios años, no tenía el color vivo y claro habitual en los recién cortados. Y encima de él... el objeto, tan deseado, tan increible y tan inexplicable. No sabía que pudieran existir, era especial, tenerlo significaba una vida totalmente diferente: él le diria lo que le correspondería hacer en cada situación que se le presentara en la vida, era... la rosa de los vientos.


Para quién no sepa lo que es, una foto con un ejemplo del objeto en cuestión (una brújula):


Rosa de los Vientos. Mosaico Torre Hércules. Xavier Correa Corredoira.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Es difícil encontrar "el camino"... Estuve en esa "rosa de los vientos" hace muchos años y me sentí libre... me has hecho recordar.

dintel dijo...

Yo no he estado en ninguna rosa de los vientos, pero he bebido los vientos por una Rosa. ;)

Anónimo dijo...

Treinta y dos rumbos en un horizonte "que haberlo,hailo".
En el mar siempre busco La Flor de Lis.
Una carezza per il cuore.

Blau dijo...

Nunca he visto una rosa de los vientos, que bonita imagen.

Anónimo dijo...

¿Conseguiste el tesoro? Que te juegas que lo saben y por eso te confunden con un gps? :P

Anubis dijo...

María: Es difícil pero el recorrido vale la pena.

Anubis dijo...

Dintel: El secreto de tu Rosa es el imán que atesora en su interior y que hace que te sintieras atraída por ella...

Anubis dijo...

Luna: Treinta y dos rumbos que se convierten en infinitos...
Il mio cuore è grato a voi.

Anubis dijo...

Blau: Si vas un día por tierras gallegas no pierdas la oportunidad de visitarla. Un beso.

Anubis dijo...

M: Sí, me la juegan de mala manera...

Anónimo dijo...

para perder la cabeza, no crees

Anubis dijo...

Anónimo: Con gusto la perdería contigo...