sábado, 14 de febrero de 2009

Legajos

Te levantas por la mañana y te da por abrir el armario donde tienes olvidados hojas, apuntes, libretas, en definitiva recuerdos de hace mucho mucho tiempo. Miras y ves que está todo como lo dejaste hace años. Pasas tus manos por los folios y se detienen en la última carpeta, aquella que ni recuerdas que estaba allí. La sacas de debajo de esa montaña intentando que todo quede de la misma forma y sin desmoronar el orden impuesto.

Colocas la carpeta encima de la mesa y la abres. Vas pasando los separadores y ojeando las hojas allí guardadas, allí expuestas sin un orden especial. Fragmentos de tu época de estudiante, testimonio de las asignaturas que has escogido, del dinero gastado, del resultado de examinarte de las mismas. También te fijas en las hojas dobladas y en la letra con que las escribiste. Te das cuenta que hay dos formas diferenciadas de escritura. Ambas realizadas con letra pequeña y una de ellas más suelta que la otra; claro síntoma de cómo me sentía yo en aquel tiempo.

Ves un sobre, dirección y sello incluido, sin enviar y cerrada. La abres y comienzas a leer. Han pasado trece años y ya no eres la misma persona, queda muy poco de esa extraña que estás leyendo. Te sorprende el mensaje, no porque no fuera la realidad si no porque a medida que transcurren los años se pierde la ingenuidad y te preguntas cómo de ciega se puede estar con lo que sucede a tu alrededor. Terminas de leer y te sonríes, menos mal que no seguiste ese camino, es lo mejor que pudiste hacer y cada día estás más contenta de lo que pasó en los años siguientes.

Sigues la inspección de la carpeta y puedes comprobar que esa carta tuvo sus variantes pero que la esencia del mensaje era la misma. Por qué no llegó a su destino? Quien sabe, demasiados años transcurridos y nulo interés en descubrirlo. Lo mejor de todo es que fue una etapa que me enseñó lo que es la vida y de la que aprendí.

Volveré a guardar esa carta y meterla en el armario para que dentro de otros trece años la descubra de nuevo y haga recapitulación. Seguramente esa persona del futuro que la vuelva a leer no tenga nada que ver con la persona que ahora mismo está escribiendo estas palabras.

8 comentarios:

MI HISTORIA... dijo...

No sé si después de trece años o cada cuatro, pero también lo he hecho. Mis hojas tienen los márgenes llenos de minúsculos bocetos que luego llevaba a un lienzo, de poesías, de iniciales camufladas en dibujos y que sólo yo podía descifrar. Cuando los miraba me preguntaba si hice lo correcto, ahora no me pregunto nada ya, sólo esbozo una sonrisa, sé que todo está bien.
Muxuxxxxx

Canby dijo...

Yo tb tengo cosas guardadas q cuando leo me traen un monton de recuerdos y me vuelven sensaciones q habia olvidado.

Summer dijo...

Tal vez, podrias ponerla en el correo ahora, total nunca es tarde!!! jejejejej. (Cual seria la reaccion del destinatari@?)

Ripley dijo...

No, no tendrá nada que ver, ni siquiera dentro de un año tendrá mucho que ver con lo que es ahora.Yo estoy haciendo limpieza, es curioso lo que se encuentra una, y es curioso no recordar tenerlo. un beso

Saltinbanqui dijo...

Todo se hace por algo.

;)

Anubis dijo...

MH: Yo no lo hice a propósito, no sé como llegó a esa carpeta. Oye ya me contarás como va la campeona...

Canby: Supongo que recuerdos y sensaciones agradable no? Un besote

Summer: Ni de casualidad! Deja el pasado donde está que es el mejor sitio para él...

Anubis dijo...

Ripley: No lo recordamos porque lo queremos olvidar ó porque no es importante para nosotras? Pregunta complicada de responder...

Saltinbanqui: Me gustaría recordar porqué la guardé y que pasó en los días siguientes.

pikaia dijo...

Yo una vez al año aproximadamente releo alguna carta pasada, algún fragmento de los diarios, aparece algún ticket o entrada de cine... y sí, los vuelvo a guardar esperando reencontrarme con ellos dentro de otro año o de varios. Es una especie de viaje en el tiempo. En breve me toca limpieza porque todo no se puede guardar.
bss