viernes, 13 de marzo de 2009

En punto

Hay costumbres y costumbres, aunque has quedado a una hora determinada no lo puedes remediar y apareces con cinco minutos de antelación. Como hace poco tiempo has estado con él ya sabes que no será puntual por mucho que te digan. La otra vez te dio tiempo a calcular cuanta sería la espera, ya que teniendo la mente libre de obligaciones comenzaste a hacer cálculos matemáticos con distintas variables y circunstancias.

El tiempo pasa y pasa, los segundos se transforman en minutos que pasan lentamente sin signo de aparición por su parte. La música no te llama, la radio es puro aburrimiento y la cabeza empieza otra vez a calcular mostrando resultados varios y apostando sobre a qué hora se presentará. Lo más cercano al optimismo te invita a pensar que dentro de media hora, tres cuartos asomará su cabecita pero cuando el reloj te indica que ha traspasado dicha frontera te empiezas a desesperar. La paciencia la tienes de tu lado pero ésta tiene un límite muy determinado que consigue que empieces a acordarte de mucha gente.

Al fín, setenta y cinco minutos después le ves y ya se te olvida todo. Sus palabras de principio son de perdón y de dar excusas pero eso ya te da igual. Le entiendes perfectamente y los motivos de su retraso aunque no te lo contara serían igual de válidos y consecuentes con él. Hace poco que le conoces pero estás a gusto en su compañía; hablais tranquilamente, riéndoos de situaciones inverosimiles que os suceden y no te das cuenta pero los minutos no llevan el mismo ritmo que cuando te tocó esperarle. Te enteras de cómo se apellida y una luz se enciende en tu cerebro: "Uy, yo tenía una compañera que se llamaba igual". Le empiezas a mirar de otra forma y pones más atención. Recuerdas que tu compañera tenía dos hermanas y un hermano más. Y la realidad es que sí se parecen. Le pregunto ó me quedo con la duda? Bueno ya me enteraré el próximo día que no es cuestión de saberlo todo de principio. Además el hecho de ser hombre significa que mejor que no le hagas hacer dos cosas a la vez porque indefectiblemente tendrá que repetir una de ellas porque se equivocará sin querer.

Te tienes que despedir dándote cuenta que ha valido la pena la espera, cosa inhabitual por tu forma de ser ya que si hay algo que no aguantas es la impuntualidad. El hecho de llegar tarde en sí no te molesta realmente pero cuando esta forma de actuar se convierte en costumbre, donde no hay excusa posible pues sabes que lo único que pasa realmente es que les da igual a la hora que queden contigo porque hacen lo que les da la gana; ahí sí que no admites que se pasen ni medio pelo. Es decir, que si ya sabes cómo eres tú y como soy yo mejor que vayas quedando una hora más tarde aunque en tu mente lo hagas antes porque será la mejor forma de que no haya malentendidos.

7 comentarios:

^lunatika que entiende^ dijo...

Uff.!!
Cómo me agobia tener que esperar..!

Soy de las que llegan 5 minutos antes, por si acaso...

En fin... Si merece la pena... Merece la pena, no?

:)

MI HISTORIA... dijo...

Corriendo siempre, que si no voy con la lengua fuera ya no sería yo jajajaja pero eso sí no llego un segundo tarde.
Muxuxxxxx

Anónimo dijo...

Yo estoy con Lunátika, esperar me desespera. Aunque si merece la pena lo hago, claro, dependiendo de lo que merezca la pena VS el tiempo de retraso.

Me ha llamado la atención que el adjetivo de mi enlace es ilusionista, me enkantaría saber el porqué. Soy una curiosilla >XD.

Bueno, buen fin de semana y un besazo!

wildwildreally dijo...

yo soy o súper puntual (me refiero a llegar antes), o llego tarde... aunque lo máximo han sido 30 minutos!!! dudo mucho que yo esperara 75 minutos por alguien... ya te digo yo que no!! y que me esperen a mí ese tiempo... ufff dudo aún más!!! :)

Anubis dijo...

Lunatika: Bueno a veces merece la pena porque no te queda otra...jejejj

MH: Y lo del reloj diez minutos adelantado? No surte efecto?

Anubis dijo...

Elektra: Y digo yo, por qué siempre vamos a dar con personas que llegan tarde?

Lo de tu nombre ya te escribiré contándotelo. Un besote niña

Jelly: Ya te digo yo que habrías esperado 75 y también 150 minutos, ya sabes que nunca doy todos los datos...

Un beso Ginebra

wildwildreally dijo...

Jelly, ufff permíteme que dude tu afirmación aún sabiendo que no das todos los datos :) pero esos minutos son demasiados, a no ser que esté esperando en mi casa, que entonces me es igual... o estoy esperando a alguien a quien quiero mucho mucho mucho mucho y entonces, le perdono todo, incluso su gran retraso.