miércoles, 13 de mayo de 2009

Imán

Hoy tocaba sesión con los vampiros y menos mal que lo he recordado porque el lunes pensé durante todo el día que era martes y ayer pensaba que era lunes, en resumen que no sé ni en que día vivo. El hecho de que además te llamará el médico por teléfono para avisarte de que ya te ha hecho todo el papeleo y te ha pedido hora y cita, hacía que todavía estuviera más desconectada del tema.

La ausencia de desayuno hasta cumplir con mis obligaciones es algo que realmente no me importa pues de por sí, por las mañanas no tengo hambre pero si me bebo el café con leche es porque me encanta cómo me cae y me deja buen cuerpo. Como ando despistada, llevaba días pensando que seguramente no me daría cuenta y la costumbre haría que siguiera la rutina habitual. Menos mal que he sacado al enano antes de tiempo y no he parado ni medio minuto por la cocina. Lo mejor de estos días primaverales es que da gusto ver cómo la vida social empieza su largo peregrinaje en pos del objetivo diario que es la vida cotidiana, las idas y venidas. Me relaja, me hace ver las cosas en perspectiva, me anima y me da un respiro mental.

Llego a la cita con cinco minutos de antelación, viendo que está hasta arriba como siempre y sin pizca de preocupación pues es una de las pocas cosas que hacen con rapidez y diligencia. Me quito un casco, bajo el volumen del mp4 y me dedico a esperar. Dicen un nombre, y el dueño entra; dicen otro nombre, y la misma operación; dicen mi nombre (pero no mis apellidos) y casi que voy, la costumbre que escuchas lo primero y ya piensas que eres tú; pero no, la propietaria de los mismos entra rauda y veloz. Sigo esperando, un nombre, otro nombre y por fín: Anubis Inpu. Mientras me dirijo al interior voy pensando: mmmmm, mi nombre y mi primer apellido, qué? soy especial y por eso no nombras el segundo como a los demás? Seguramente la "locutora" asi como los "oyentes" se hayan quedado pensando... no será pariente de?

Entro, entrego el formulario y me lo devuelve junto con las etiquetas pertinentes. Al otro lado de las cortinas oigo hablar a las enfermeras y si, no me acordaba, ella también suele andar extrayendo el liquido de la vida. Bueno, no es la única y además suele estar en la sala continua, no creo que me toque con ella. Es mi turno y allá que voy. M....! son cuatro y justo ella. Me ve, me siento y claro, me reconoce. El hecho de que se llevara muy bien con la jefa es de agradecer y de que se preocupara de ella incluso llamando a casa para ver qué tal le iba pues otro detalle a tener en cuenta pero, pero, pero... yo a esta mujer no sé qué le he hecho que al principio pensaba que eran imaginaciones mías pero no, me mira con incomodidad, con una mirada complicada de interpretar pues ni es odio, ni molestia ni en sí, nada negativo; pero en sus ojos está esa forma de mirar. Y al final con tanta miradita he terminado de mosquearme y prefiero ni mirarla, ni cruzarme con ella y pasar del tema.

Han sido dos minutos la mar de agradables. Me ha dicho un "hola" todo cortada y yo otro con desgana; pensando, bueno cuanto antes mejor, a la faena. Bracito en la mesa, la otra poniendo las etiquetas en los botecitos y ambas mirando para cualquier parte menos a los ojos de la contraria. Que si te pongo la gomita, que si me pongo a mirar los cartelitos de la pared para hacer algo mientras tanto, que si te pincho (y hoy con ganitas de hacer daño, porque por desgracia no es la primera vez que me toca con ella y ni me enteré), que si sigo descifrando el cartel que hay a cuatro metros con letra del tamaño típico. Ni te miro ni me miras, porque aún cuando mis ojos están dirigidos en otra dirección, la visión colateral está ahi y me doy perfecta cuenta de todo lo que estás haciendo.

Quitas la gomita, mi sangre fluye y todo acaba. Me das un algodón que utilizaré un segundo, lo justo para que se me cierre y luego me olvide de él. Si hubieras sido otra persona habría estado de charleta contigo, como la vez anterior cuando me toco a mi primo que estaba haciendo las prácticas y me dediqué a distraerle para que no se pusiera nervioso y acabé hablando con todas las enfermeras y con él. Me he ido pensando en mis cosas oyendo a duras penas, pues ya ni lo recuerdo, tu despedida y la verdad, espero haber dicho adiós porque educación tengo pero como andaba reflexionando sobre el hecho de que siempre me toca contigo pues ni cuenta me he dado.

Espero que dentro de quince días cuando vuelva a por los resultados me deje olvidado el imán en casa y ni nos crucemos. Porque ahora eres la jefa de las enfermeras y no tienes que andar metida en la consulta con el médico y aún cuando entras y sales para comentarle temas de trabajo, espero que no sea precisamente cuando me toque a mí hablar con él...

7 comentarios:

^lunatika que entiende^ dijo...

No sé concretamente quién es ni qué ocurrió entre vosotras... Pero, parece una ley de vida que te ponga por delante a personas con las que no has tenido una fácil historia...

Complicaciones... Qué le vamos a hacer...

Ánimo!
Y espero que salgan bien esos análisis ;)

Tanais dijo...

Para otra vez hazle la mirada del tigre jajajajaja

MI HISTORIA... dijo...

Yo antes de que digan mi nombre ya estoy tumbada con los pies para arriba y dando me aire, así que no me daría tiempo ni a pensar si me toca con ella, si es que me mareo de víspera sólo de pensarlo.
Muxuxxxxxxx

Any_Porter dijo...

La vida siempre te pone delante a quien te tiene que poner. Para que estés, para que arregles, para que superes... Me lo ha enseñado a base de palos. Y cuanto menos quieras encontrarte a alguien... Más ahí estará.

Biquiños.

cris dijo...

Quieres que vaya y la pegue?
Sabes que puedo, y por ti lo que sea jajajajajajajaj

Mía dijo...

Nuca tendre claro si las casualidades existen o no...a veces esoty convencida de que sí, otras pienso que todo sucede por algo...

Besitos!

Saltinbanqui dijo...

Sea por lo que sea q has ido al medico espero q no sea nada.
Y sobre lo de la enfermera, las cosas pasan siempre por algo, analizalo detenidamente, que no se te escape nada.

:)

p.d. Sin opcion a q me publiques o no, ahi queda.

:p