miércoles, 15 de abril de 2009

La senda

Doy un paso, dos, tres, veo cómo mis pies van caminando uno detrás del otro, pisando cada baldosa que a intervalos irregulares van saltando del rojo al blanco y del blanco al rojo nuevamente. Miro al frente y para cuando me quiero dar cuenta noto que el suelo cambia, se modifica; ahora ya no lo noto duro sino blando, suave y es que se ha convertido en un prado cuya hierba se le nota nutrida, bien alimentada. Decido que debo notar más si cabe ese cesped de mi alrededor, me descalzó y la primera sensación es de sentirse cómoda sin esos inconvenientes que nos vienen a la cabeza al pensar en andar sin una suela que amortigüe las imperfecciones del camino.

Sigo y sigo, no me doy cuenta pero la tarde ha transcurrido y no sé dónde estoy. Lo importante es andar, aprovechar el momento, sentir que no hay un principio, que no busco un final. A lo lejos diviso una montañita y decido ir allí. Parecía que estaba cerca pero noto que mis piernas se están cargando, el cansancio empieza a hacer mella en mi. Conseguiré llegar? Debo empezar a pensar en otras cosas, será la mejor manera de conseguirlo. Y, claro en quién ó qué puedo pensar? Si, ella aparece sin esfuerzo. Debería mantenerle apartada de mis pensamientos, sólo conseguiré echarle más de menos. Se supone que sólo iba a estar fuera una semana pero para mí, cada dia, cada hora, cada segundo es una eternidad. Fui una ilusa, yo que siempre le decia que siete dias no eran nada...Esos ojos pícaros que se le iluminan cada vez que sonríe, el olor de su pelo, ese gesto inconsciente de elevar la ceja cada vez que está tramando algo, esa caricia en su mejilla... Debo parar, cuánto más le recuerde más notaré su ausencia. Por fin, al fin, llegué a la cima. El paisaje que se vé desde allí es impresionante, ojalá hubiera traido la cámara de fotos y así haberle mostrado esas imágenes tan vívidas e increibles. Las nubes se arremolinan alrededor del sol blindándole una muralla donde guarecerse para su próxima lucha con la luna. No sabe lo que le espera, esta batalla la tiene perdida y es que en los dominios de la luna hasta el mismisimo sol ha de rendirse y dejar paso a la luz magnética de su hermano menor.

El sol ha luchado lo indecible, intentando permanecer en este mundo que tanto agradece su presencia. Dignamente y sabiendo que la próxima vez quizás tenga más suerte, se retira. La luna tras una lucha encarnizada ha decidido descansar, deja paso a la oscuridad pero eso si, custodiada por sus hermanas menores. Estoy sentada en el suelo, admirándome de toda esta aventura diaria que, nosotros, somos incapaces de parar a contemplar, ni tan siquiera imaginar que hay algo más aparte de nuestras propias vidas. Empiezo a notar el fresco de la noche y me levanto para irme a casa. Sé que el camino será largo pero no me importa, esta noche debo disfrutar de mi misma, de mi soledad consentida, de mis pensamientos y deseos.

A medida que avanzo voy mirando hacia el horizonte, más allá, sin necesidad de ver, sólo de especular sobre ese mundo que nos dejamos atrás ignorantes de su existencia. Mis ensoñaciones me llevan a ti, mi medusa, "mi reina". Es clara la relación entre esta noche y tú; mientras la luna se recupera, las perseidas han empezado a asomarse lentamente. Primero una, después y como si de una cascada se tratase, una detrás de otra. A veces, tienen tantas ganas de aparecer que forman riachuelos de color plata eléctrico. Dicen que por cada una que ves has de pronunciar un deseo pero yo sólo tengo uno, y ya sabes cuál es. Esta distancia se están volviendo insoportable. De la misma forma que Perseo decapitó a Medusa, ella no se dió por vencida y dejó como herencia esta constelación de lágrimas vivientes. Yo tampoco me rindo y el tiempo hará que los kilometros que nos separan se conviertan en centímetros de piel contra piel.

Sigo andando, caminando, disfrutando de cada segundo inmersa en este mundo. No me he dado cuenta, pero de la misma forma que todo empieza, todo acaba; el prado se convierte en cemento, la noche en luminosidad artificial, los campos llanos en edificios de ladrillo y cemento... Llego al portal de casa, abro y subo las escaleras poco a poco. Meto la llave en la cerradura y entro en mi pequeño rincón. A lo lejos y como un guiño, una luz roja parpardea constantemente...

10 comentarios:

^lunatika que entiende^ dijo...

¿Una luz roja? ¿Un mensaje?
Qué bonito escribes! :)

Anónimo dijo...

Anubis, Anubis después de esa banquete suculento ,sobre todo, para aquellas que no quieren lucir mini cuerpo en verano,ese relato titulado LA SENDA nos anima a ello a seguir a no parar en la vida a fijarnos metas y cuanto mas ese camino se haga largo y pesado, rocoso más debe ser el esfuerzo y el anhelo de llegar al final.Solo depende de nosotros mismos y el camino o la senda puede ser interesante según como lo miremos...Bs guapetona

MI HISTORIA... dijo...

Un abrazo, dos besos, iru Muxux.

Summer dijo...

Realmente escribes muy bonito. :)

Any_Porter dijo...

Ays... solo eso... Ays...


Biquiños.

Saltinbanqui dijo...

Vaya, que putada vivir en frente de un puticlub de neon rojo parpadeante.
Lo se, no ha tenido gracia, pero en mi cabeza, por un segundo ha resultado simpatico.

;)

Anubis dijo...

Lunatika: Interesada? Ummm, veamos si sigo escribiendo aqui la continuación...

Sufridora de la unineurona: Niña, tú y yo ya sabes que tenemos que hacer equipo como sea...jejejejejej

MH: Esto.... cuatro que? (no sudes...)

Anubis dijo...

Summer: Sudaca no me dices eso cuando te ando corrigiendo...jajajajajajj... un besote :)

Any: Ya veo, imaginando la continuación en positivo no?

Saltinbanqui: Es lo que tiene vivir de las letras que sólo consigues un piso al lado de un lupanar...jejej..

Y si, para mí también ha tenido gracia, sobretodo si quieres que te invite a un "servicio"...jajajajajj

Summer dijo...

Mira, alguna vez si me llego a topar contigo ya te voy a corregir algunas cosas... capaz que tampoco te quejes...juazzzzzzzzzzzzzzzz

Anubis dijo...

Si, si, mucho blablabla pero luego a la hora de la verdad, ná de ná....jajajajajajj