1.450 gramos

Desconozco el peso real de esa parte de mi cuerpo, pero haciendo la media me quedaré con la cifra del título. Para ser un apartado tan pequeño en el peso general anda que no da de sí. Eso sí, el mio parece que trabaja mejor y más a gusto cuando estoy dormida. Siempre me ha sucedido: si tenía problemas matemáticos, ecuaciones inconexas, fórmulas erróneas; sólo tenía que dejar que mi cerebro se pusiera en off y a la mañana siguiente ya veía todo claro.

Sucede que además de trabajar, viendo que le sobra tiempo, se dedica a hacer unos guiones de película que en determinadas ocasiones hace que piense que se merezcan una estatuilla del otro lado del charco. Y esta noche, aprovechó la oportunidad y decidió andar enredando dentro de mi cabecita.

Soñé, soñé... soñé con una bloguera ó más concretamente, me ví a mi misma leyendo el post de una bloguera en concreto. De la misma forma que a cada una mentalmente os he asignado una imagen, a ella también lo hice. A medida que iba leyendo el post, podía comprobar que había colgado fotos suyas, parciales, a trozos, medio escondidas de su persona. Mis primeros pensamientos fueron: no me imaginé que tuviera así el flequillo; bueno, ni siquiera pensé que llevara el pelo con flequillo; es más joven de lo que creía, la estructura de la cara es totalmente distinta a como yo la dibujé...

En el sueño seguí haciendo cábalas de por qué había subido las fotos, de por qué había querido dejar de ser anónima, de por qué esas fotos y no otras. Vamos, que si despierta no paro de hacerme preguntas de lo más peregrinas, dormida no es una excepción. Y me fastidió un poco porque a mí lo que me gusta es imaginar, desconocer cómo es la persona que hay detrás de unas palabras escritas, intuir su vida, pensar mi forma de actuar en su situación y por supuesto, novelar su vida.

Y a qué viene contar en dos pinceladas mi sueño de anoche? Pues simplemente, a que no quiero que subas imágenes tuyas, no quiero saber cómo eres, me gusta lo que leo, cómo lo veo, el resultado de esos escritos se modificará el día que tenga una imagen real de ti. No puedo pedirte nada pero mentalmente lo hago aunque no tenga ningún derecho a decírtelo, a que me hagas caso, pero mis sueños tienen que seguir como hasta ahora: raros, incoherentes, intrigantes, desconocidos, incomprensibles y por supuesto, graciosos.

Sí, ya lo sé, no he dicho tu nombre pero no crees que es lo de menos? Me lees, te leo y ahí quedará todo, en una simple anécdota que recordaré cuando ande rebuscando entre viejos post lo que sucedía en mi vida un veinte de abril...