martes, 20 de octubre de 2009

Orígenes

De vez en cuando, sin saber cómo ni por qué, una palabra llama mi atención. La retengo en mi mente y le doy vueltas una y otra vez; intento averiguar lo máximo posible sobre ella, de dónde procede, qué significa, por qué se usa en ese contexto, etc, etc. En la mayoría de las ocasiones, el hecho de dedicar un tiempo a ella viene motivada por su sonoridad, la forma en que se pronuncia, la manera en que yo la pronuncio, la estética de su entonación en definitiva.

Los beneficios son varios desde la ampliación de mi vocabulario hasta la historia que tiene detrás. Si hay algo que nunca cambia es aquella pregunta que sé jamás podrá ser respondida y menos a mi satisfacción personal: quién la inventó? es decir, las cosas, los objetos, las materias, todas existían antes de que nadie dijera esto es un "x". Un ejemplo sencillo: yo me llamo Inpu pero a quién se le ocurrió ese nombre? quién fue el que juntó esas cuatro letras para formar esa palabra? quién decidió que con esa palabra nos estaríamos refiriendo al "Señor de la necrópolis"?

Hay palabras y palabras. Todas nos parecen igual, suenan distinto pero no dejan de ser eso: simples palabras. Aunque siempre tenemos aquellas que nos gustan, no sabemos el motivo ni el origen de ello pero al escucharlas son agradables a nuestro oído: Shiva, Plinio, Nut, Ptolomeo... tantas y tantas, cada una con su historia y cada una con su característica particular que tú le atribuyes ó que ya viene incorporada de origen.

Hoy fue uno de esos días donde una palabra te hace buscar y acabas conociendo y aprendiendo un buen número de ellas con el simple hecho de tirar del hilo de la madeja queriendo saber más. Acabé en una palabra que nunca oí pero que todo el mundo ha tenido, tiene ó tendrá en su vida. Nunca se dice, nunca se comenta pero en el fondo, a excepción de muy pocas personas, todos queremos que Telxínoe aparezca y se quede para siempre a nuestro lado.

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