jueves, 10 de septiembre de 2009

Y aquel día

Me desperté con un objetivo en la mente. Había llegado el día y esperaba que fuera todo bien. La mañana estaba gris, sin apenas rastro de rayos de sol. El verano se iba alejando lentamente para dejar paso a un otoño envolvente de luces alertagadas en el ensueño de una nueva primavera.

Estaba indecisa, no sabía si desayunar ó no. Por una parte sabía que debía hacerlo pero por otra no creía que fuera tan buena idea: todas mis experiencias se juntan en ese punto y suficiente tenía con lidiar con ellas. Al final ganó la sensatez del cerebro y me tomé mi café con leche, sin azucar y con el humo suficiente saliendo de la taza para alcanzar mi sentido olfativo maravillándome como cada día ante su agradable olor.

Dirigí mis pasos al punto de encuentro y allí pude ver cuántos seríamos. Cuatro personas y dos profesores, dos chicos y dos chicas, casualmente cada pareja en un coche distinto. Nos montamos y condujo el profesor, suficiente teníamos con lo que nos tocaría después. Destino final: jefatura de tráfico. Allí esperar veinte minutos y cruzar dedos para ver que "amable" examinador nos había tocado en suerte.

Pasos que se acercan y mirada cautelosa. "Vaya! nos ha tocado Angel, ya sabemos por dónde nos va a meter el figura...". Hablan los profesores y él, nosotros de meros espectadores y el resultado es que comenzarán por el otro coche. Vemos a la chica sentarse en el asiento del conductor y empezar la marcha. Aparcamiento en bateria nada más salir, se podrá quejar pensabamos nosotros, anda que no es fácil y en ese sitio que cabe coche y medio... Continúa la marcha y nosotros detrás como corderitos. Dirección: la autovía. Pero bueno!!! qué examen es éste???? si le está llevando por todo lo fácil!!!

A la vuelta de la autovía vemos que paran debajo de uno de los puentes antes siquiera de entrar en la ciudad, y nosotros también, no nos quedaba más remedio. Vemos que se cambian de posición y ahora es el chico el que se empieza a examinar. Pero qué extraño, no se podían haber esperado a llegar a la ciudad?

El chico hace su recorrido, no hay ninguna señal que indique nada sobre su forma de conducir, todo parece normal y acabamos justo al lado de mi colegio, aquel donde me pasé mis buenos años con el uniforme de azul y las monjas de gris. Ya es casualidad, con la de lugares que hay y tengo que volver justamente a la calle que no he pisado en cinco años.

Bueno, quién se pone? - nos pregunta el profesor. Venga yo, qué más da - es mi respuesta. Se baja del coche el profesor para ir a hablar con los compañeros y mientras yo me montó en el asiento del conductor. Reglajes del asiento, espejos retrovisores interior y exteriores. Cinturón puesto. Todo bien, ahora a esperar a que vengan y que dios reparta suerte.

Pasan cinco minutos y empieza a chispear. Ya, bueno, lo que faltaba. Doy quince clases y cinco de propina por irme de pingoneo y no presentarme la semana anterior y en todo ese tiempo ha hecho buenísimo, no he tenido necesidad de utilizar los limpiaparabrisas y ni remota idea de cómo funcionan en este coche. Empezamos bien. Busco con prisa antes de que lleguen y me da tiempo a ver todas las marchas que tiene y el soniquete característico que se produce dependiendo de su velocidad. Controlado.

Se suben al coche y comienza el exámen. Cuando pueda gire a la izquierda. Ok, te apetece ir por calles estrechas. Cuando pueda gire a la derecha. Ummm, ganitas de llevarme por la vía del tren, no? Cuando pueda gire a la izquierda. Calles más estrechas no hay. Cuando pueda aparque. Vale, te apetece tocarme las narices no? Aparcar en linea y en rampa. La otra te ha desquiciado no? En fin, que quieres pagarlo conmigo. Le hago todo el trabajo y cuando ya voy a salir me viene uno bien deprisita y pasa pitándome con ganas. Será idiota, lo pienso yo y lo comenta el profesor. Ni siquiera había asomado el morro y el otro ya tenía ganas de darla. El examinador sin abrir la boca pero asintiendo.

Reanudo la marcha. Cuando pueda gire a la derecha. Volvemos a cruzar las vias. Cuando pueda gire a la izquierda. Seguimos el camino inverso de la ida. (calle alargada y con tramo por conducir). Cuando pueda gire a la izquierda. Uys, esta calle acaba en dos carriles y sé que me comentó el profesor que me debía poner en un carril para que luego no me equivocara al salir a la otra vía, pero no recuerdo cuál era!!. Venga me pondré en el de la izquierda. Semáforo en verde, continúo la marcha. Hala, ya sé qué carril era, el otro! Ahora tendré que girar por narices a la izquierda.

Todo esto pensándolo mientras me acerco a otro semáforo y me doy cuenta que se está poniendo en rojo. Paraaaa, y reduce a segunda que te catea el de atrás. Giro dirección la estación de tren y voy tranquila, corregí el error antes de tiempo. Estoy haciendo la rotonda a mi paso, como debe ser, y me pasa un taxi al lado echando pestes, pitos y de todo. Ahí ya, profesor y examinador llamándole de todo y comentando la jugada abiertamente. Pero qué bien se lo pasan... que me estoy examinando!! Se han juntado el hambre con las ganas de comer y yo mientras tanto, llevo media vida conduciendo y deseando acabar.

Se tranquilizan y siguen la marcha. Cuando pueda gire a la izquierda. Vale, ahora nos vamos a la facultad, simple giro a la izquierda precedido de un giro a una semirotonda a la derecha. Semáforo en verde, pasamos y... deje aqui el coche.

Se acaba mi exámen, ni me entero de lo que dice el examinador, si he aprobado ó no. Con las ganas que tenía de dejarlo, iba ya en mi mundo y me quedé con las ganas de saberlo no fuera que preguntara y el otro se mosqueara. Por si acaso, ya le preguntaría al profesor. Comienza mi compañero a conducir. Pasa por un paso de cebra y justo se gira el examinador y ve como un hombre está caminando por ese punto después de pasar nosotros. Pare aqui. Está suspendido. Wow, exámen más corto imposible, ni cien metros.

Dejamos al examinador en la jefatura de tráfico y nos vamos a nuestra autoescuela. Mi compañero se despide brevemente y yo me quedo hablando con el profesor. Le pregunto qué tal le ha ido al otro coche y me responde que ni fu ni fa. El chico aprobó y la chica, no; porque en la autovía no pasó de ir en tercera y a ochenta, asi que se cansó el examinador y por eso paramos en mitad de la nada. A saber cuándo aprobaría porque más sencillo que aquel día no lo tendría.

Nos vamos cada uno por su lado y llego a la puerta de casa, miro el reloj y veo que han pasado escasas dos horas desde que me fui. Abro la puerta y entro. Me mira mi madre en la cocina y me dice: qué, ya has suspendido no? Devolución de mirada seria y la respuesta: mujer, pero qué poco confías en mí. Por supuesto que he aprobado...jejej...

6 comentarios:

OVEJANEGRA dijo...

¡LA PRIMERAAA! soy la primera bloguera en felicitarte. Enhorabuena, yo me lo saqué a la 7ª, un poco burrita si que era, pero tenía un momento malísimo.
Genial Genial, me alegro mil.
Ahora a por el coche.

Saltinbanqui dijo...

Recordando anecdotas?
:)

^lunatika que entiende^ dijo...

Yo me lo saqué a la 4ª... :S Fue una pesadilla...!!

cris dijo...

Uy, pues yo a la primera, y mira que iba nerviosa... se me agarrotó la pierna izda por el embrague... ajajajajajajaj

Anubis dijo...

Ovejanegra: Aisss, debería haber especificado que esto sucedió ya hace unos añitos...jejej... pero me gusta recordarlo de vez en cuando. Lo de sacarlo a la séptima no es algo que signifique que fueras burrita, simplemente que tenías unos examinadores un poco &%$# ó no? jejej

Saltinbanqui: Si, ya sabes, es nuestro karma...

Anubis dijo...

Lunatika: Lo importante es que ya lo tienes, lo demás es superfluo. Te echo de menos, a ti y tus palabras...

Cris: Tú nerviosa??? pero si eres la persona más "calmada" que conozco...jajajajajaj