martes, 18 de agosto de 2009

Mareas

Cuando se tiene un objetivo siempre se quiere llegar al final y cumplirlo. La gente de alrededor te mira, te observa, te anima y te alienta. Ellos y sobre todo tú, sabeis que no es sencillo, que tendrás que ponerlo todo de tu parte para al final mirar hacia atrás y sonreir por lo conseguido.

Antes de empezar el camino haces un esquema con los puntos a seguir luego lo vas detallando de forma minuciosa intentando no dejar ningún resquicio a través del cual se vaya todo al garete. Estudias los pros y los contras, analizas los posibles problemas y buscar soluciones coherentes, siempre intentando que no quede ningún cabo suelto.

Al principio del proyecto, en sus primeros pasos, todo son risas y alegrías. La gente es optimista, no hay cabida para los malos pensamientos. Las despedidas son tristes pues aún cuando no son definitivas siempre queda el temor por ser un "adios". Los días transcurren llevándose a cabo todo lo planeado. Pero, por no se sabe qué, se tuerce la rama y el árbol a duras penas nos mantiene en pie.

En un primer momento los nervios se apoderan de la gente desperdiciando unas horas que son vitales para ti. Se empieza la movilización intentando que ese adiós que diste sea temporal y no se convierta en definitivo. Se acercan, se aproximan, los ves, ellos pueden intuir donde estás: sois unas hormigas en mitad del bosque, trabajadoras, pacientes y constantes. Su deseo oculto es encontrarte, ver tu cara y que les digas hola para luego echarte la "bronca" por ser tan despistado y resbalar por no mirar por donde andabas.

La meteorología es más poderosa que el hombre y las hormigas han de retirarse para siempre, el fuego avanza arrasando allá por donde pasa y tú lo hueles, estás perdido y ellos si no se dan la vuelta también correrán la misma suerte. A medida que las hormigas desandan su camino su pensamiento es otro, nada tiene que ver con el primigenio: ojalá tras el resbalón no haya vuelto a abrir los ojos...

5 comentarios:

MI HISTORIA... dijo...

Por muy planeados, preparados e incluso teniendo en cuenta los imprevistos que pueden suceder, siempre hay algo que modifica nuestros planes, retrasando el objetivo o en algunas ocasiones impidiendo que consigamos realizarlo.
Muxuxxxxxx

cris dijo...

Lo que hay que hacer después de caerse es levantarse inmediatamente y seguir caminando.
Como tenga que bajar a explicartelo en persona te enteras... así que no me tientes ;)

helen dijo...

¿sabes lo más bonito de esta vida? que siempre cabe la sorpresa... y para acogerla -sea cual sea- también hemos de saber estar preparados ;)

^lunatika que entiende^ dijo...

Nunca sale nada tal y como se planea o se prepara... Es así desde que el mundo es mundo...
Y pa levantarse no hay más que hacerlo ;)
Que a veces no apetece y cuesta, lo sé... Pero, seguro que tienes reaños para hacerlo! ;)

Un beso!

Veratz dijo...

me gusto y me hizo pensar en dos cosas que cuando veas atras siempre habra una sonrisa en tu rostro aunq creas no lograr nada, y lo segundo el adios siempre es tentativamente modificable nunca se sabe. besos