viernes, 24 de septiembre de 2010

Mamá

Desde tu nacimiento mirándote a la cara ya supieron lo que vendría después. Eras su "recompensa", esa persona que estaría siempre cuando fuera necesario, en los buenos y en los malos momentos. Los demás epitetos se fueron cumpliendo uno a uno y paso a paso:

Persona amable, sincera y dotada de una extraordinaria ternura y falta de egoismo. Mujer optimista, vital y con gran sentido del humor, que odia la rutina y todo aquello que coartara tu libertad. Romántica y apasionada, especialmente protectora y maternal con tus hijos.

Nos cuidaste hasta en tus últimas horas, siempre pendiente de nosotros antes que de tí misma. Recuerdo esos momentos que te hacía reir por el simple hecho de verme reir a mí...tus palabras: pero qué payasa eres...tu sonrisa, tus ojos llorando de alegria, esos buenos momentos que nos diste.

Segundo día especial para ti que me faltas y más especial para mí si cabe.

3 comentarios:

SaRiTiSiMa dijo...

Ten entiendo muy pero q muy bien. Yo procuro pasar por esos dias de puntillas... pues siempre tengo el recuerdo.

Un beso

MI HISTORIA... dijo...

Yo también paso de puntillas.
Un abrazote

iTxaro dijo...

siempre quedarán los buenos recuerdos

achuchones