Blanca? No, azul...

Pasadas las doce la noche es hora de irse a la cama a dormir. Apagas el ordenador y te quedas mirando hasta que las últimas lucecitas dejan paso al tono negro haciendo juego con el resto del conjunto. Realmente no tienes mucho sueño pero sabes que por la mañana te vas a levantar temprano aunque ninguna obligación te lleve a ello. Te acostarás y decidirás en ese momento si ponerte a escuchar la radio simplemente ó a terminar aquel libro que lleva encima de tu mesa tres meses y que no has vuelto a leer una página porque recuerdas perfectamente el lugar donde lo cerraste por última vez.

Quitas el cable que está conectado al aparato, apagas la luz y antes de dirigirte a tu habitación enfilas al cuarto de baño. Das a la tecla y Plom! Uys, me parece que se han saltado los plomos... Diriges tus pasos al cuadro eléctrico y empiezas a toquetear; ah, bueno, sólo ha sido uno y ni siquiera es el general. Lo devuelves a su posición original y reanudas tus planes. Das la luz, abres la puerta y te fijas: bueno, no ha sido una bombilla, han sido dos!!

Echas la vista atrás y sonríes, la vez anterior fue hace tres meses y únicamente te cargaste una bombilla de la habitación, je. Sigues recordando y te das cuenta que cada vez que tienes que encender la de la sala de estar, acaricias con sumo cuidado y mimo el interruptor porque ésa si que te tiene manía...

A la mañana siguiente lo comentas y la respuesta es sencilla y clara: serás índigo. Eh? ah? cómo? Ni idea de a lo que se refería y una como no es curiosa y que jamás de los jamases se ha preguntado quién fue realmente el inventor de la cama, cuál es el motivo por el que la luna ejerza una influencia tan grande en la tierra y en sus habitantes ó por qué cada vez que los demás tienen un problema se lo soluciona y para sí misma nunca puede resolverlos... pues eso, que se quedó con la duda, je.

Tardó un minisegundo en buscar respuesta a ese nuevo dilema y entre lo que buscaba ella y la dirección que le dió su interlocutora satisfizo su normal deseo de conocimiento en lo que respecta a cualquier cosa que se salga de su órbita habitual.

De la palabra índigo me dirige a los niños índigos y del aura de los mismos cuyo color es el azul (índigo) y de ahí salen todas las características de estas personas entre las cuales, ya que son un número bastante amplio y no voy a poner aquí todo el texto, está la siguiente:

"Pueden ser sensibles a la electricidad: relojes no funcionan ó lámparas se apagan cuando caminan por debajo de ellas, equipos eléctricos funcionan mal ó se queman lamparitas".

Ejem, ejem, sólo diré que lo mío con el messenger es de traca porque cada dos por tres me anda tirando; que descargarme una canción ó cualquier cosa ya ni lo intento porque al final siempre me acaba dejando tirada; que llevo una temporadita larga sin reloj de pulsera porque se le acabó la pila y me da que ahora que se la he vuelto a poner no sé si sabiendo ésto, se quedará en la estanteria ó volverá a mi muñeca (eso sí, a la derecha porque en la izquierda he decidido llevar la pulsera que me regaló mi madre); que recuerdo haberme cargado más de una lamparita y de dos; que la electricidad estática que genero se descarga fácilmente cada vez que toco el coche y por último: si cuando yo digo que debería haber nacido en la época de los romanos es por algo...