domingo, 14 de noviembre de 2010

Ella y muchos más se fueron.

Hoy se cumplen veinticinco años de una tragedia que dio la vuelta al mundo alimentada sobretodo por las imágenes de la agonía de una niña de trece años. Lo primero que me viene a la cabeza es hacer cálculos de mi edad y sorprenderme porque lo recuerdo todo perfectamente a pesar de ser una enana en aquel momento.

Anoche volvieron a poner la grabación de sus últimos momentos y cómo hasta en esa situación fue una niña con una educación que los niños de hoy en día envidiarían si supieran lo que son los valores (que muy pocos saben/tienen/entienden). Y me sigue emocionando, siguen colocándose lágrimas en la garganta incapaces de moverse hacia ninguna otra parte. No sabemos cómo será nuestra actitud en el momento de ver venir la muerte, si se da el caso, pero ella nos dio una lección en todo momento.

He leído comentarios de personas, algunas "normales" (sin saber lo que significa eso exactamente) es decir, de pesar y otras...bueno de gente que habla por hablar y su discernimiento sobre la actuación es bien "cortita" por no decir de "ignorante incapaz de investigar más allá del titular". Lo que me ha causado curiosidad es de que la mayoría comentan que, por aquel entonces, tenían diez años, once años y lo recordaban muy bien. Me hace pensar que a esas edades todo lo que sucede a nuestro alrededor queda más grabado en nuestras mentes, somos más permeables a todo ya sea bueno ó malo y será parte del adulto que se está forjando.

"Deben filosofar tanto el joven como el viejo; éste para que, en su vejez, rejuvenezca en los bienes por la alegría de lo vivido; aquél, para que sea joven y viejo al mismo tiempo por su intrepidez frente al futuro..."
(Epicuro, Carta a Meneceo)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Omayra Sánchez fue una niña víctima del volcán Nevado del Ruiz durante la erupción que arraso al pueblo de Armero, Colombia en 1985. Omayra estuvo 3 días atrapada en el fango, agua y restos de su propia casa. Tenía 13 años y durante el tiempo que se mantuvo atorada siempre estuvo encima de los cuerpos de sus familiares. Omayra se mostró fuerte hasta el último momento de su vida, pensando solamente en volver al colegio y en sus exámenes. Muchos ven en esta imagen de 1985 el comienzo de lo que hoy llamamos Globalización, pues su agonía fue seguida en directo por las cámaras de televisión y retransmitida a todo el Mundo

Para algunos una ninha, para otros una sudaca, para otros una victima, para mi un EJEMPLO para todos los millones de sub-normales que habitan este planeta.

Anubis dijo...

Hay personas que ni aún viviendo un millón de años aprenderán nada ni de la vida ni de otras personas porque están ciegos y así les gusta vivir.