domingo, 11 de abril de 2010

Sensaciones

Esta mañana salí de paseo cotidiano dominical y sabiendo que el sol estaba esperándome. Caminaba tranquilamente, sin vigilar ni mirar detenidamente nada en particular, dejando que mis pasos me guiaran inconscientemente por ese camino que conoce de memoria incluyendo cada piedra que se ha movido de una noche para otra.

A medida que iba avanzando me sentía bien, disfrutando de cada minuto, de cada segundo que estaba ahí para gastarlo sin oposición por su parte. Reconocí lo que mi cuerpo me hablaba y mi mente se hacía la renuente: tanto tiempo, tantas circunstancias, hacía mucho mucho tiempo que no tenía estas sensaciones. Era yo, después de años sin poder hacerlo, éste camino me devolvía esos momentos que tan bien me sentaban, que eran mi alimento sin necesidad de comida física. Aún cuando durante estos tres años pensé que sí habían vuelto a mí, en el fondo eran un respiro en medio de un desierto, un oasis que me daba la fuerza, las ganas, la sonrísa, la alegría, las risas y el apoyo que por una vez la persona que me dió la vida necesitaba de mí.

Pude dejar vagar mi cabeza y pensar en aquella insignificancia que me sucedió ayer pero acaso qué es lo que nos hace decidir qué es importante y qué es una tontería? Un hecho tan simple como el ir a la farmacia, no a cualquiera sino a la mia, después de un año sin aparecer por allí y ver que no podía comprar nada porque la estaban remodelando consiguió que una serie de recuerdos vinieran a mí.

Pensé en la farmacéutica, intenté recordar desde cuando está ahí y para mi sorpresa me ví bajando en la parada del autobús volviendo del colegio y divisándola entre las ventanas del establecimiento. Veinticinco años ya? tanto tiempo? pero cuántos años tiene ésta mujer??? (ok, ok, en mi mente dije tia pero alguna se morirá de la risa cuando lea esto). Y es que sigue igual que siempre: como aquella chavala que empezó en aquel trabajo después de licenciarse, siendo ayudante de los dos hermanos (hombre y mujer) dueños de la farmacia. Ahora ella es la jefa y tiene dos ayudantes jovenzuelos (es decir, más que yo...jeje) y la que maneja, ordena y manda. Tampoco tiene tantos años porque asi de primeras, tendrá unos cuarenta y cinco largos pero físicamente sigue siendo una niñata de pelo rubio y sonrisa agradable.

Resumiendo que me gusta que siga ahí, abriendo cada día su negocio y yo seguiré siendo clienta habitual porque además de ser buena farmaceútica es mejor persona teniendo infinidad de detalles como cuando me dio su número de teléfono en cuanto se enteró de la enfermedad de mi madre y diciéndome que le llamara a cualquier hora del dia ó la noche para lo que necesitara ó cuando me echó la "bronca" porque fui a por una crema que no tenía en esos momentos y me mandó que fuera a otra farmacia a comprarla ipso facto, que ni se me ocurriera esperar a que le llegara a ella. Los detalles, a veces pequeños en sus acciones pero inmensos en sus significados...

Y ahora toca irme de paseo de nuevo, la naturaleza me llama, al enano más pero a éste depende de cuánto le pique el sol, decidirá si me toca ponerle la correa para que ande ó se dispersará corriendo detrás de otros perros u otros niños con la intención "inocente" de comérselos a besos. ¡¡¡A disfrutar del domingo y de la vida!!!

4 comentarios:

helen dijo...

ole, ole!!!

qué bien sienta tomarse la vida con la sencillez de una sonrisa, ¿verdad? ;)

besiños

iTxaro dijo...

pues si... todo son sensaciones

disfrutaremos de ellas y de la vida, no?

achuchones varios

MI HISTORIA... dijo...

Mxuxxxxxx

Nefer dijo...

A disfrutar!