martes, 5 de julio de 2011

Condicionantes

Sigamos hablando de esta maravillosa estación donde todo es amor, paz y tranquilidad...ejem, ejem. Otra de sus características es el calor, los grados que te marean y su forma de combatirlos. Si ya de por sí te buscas la vida para estar a gusto, cuando llega la noche es donde debes poner tu cerebro a funcionar al máximo para lo que se te viene encima.

Partamos de la base de que si siempre hace calor, un día tras otro y otro más, puedes llegar a una solución que usarás para los restos; pero no, este año no hay quien entienda nada y puede pasar de todo en una semana y volver a empezar otra semana deseando que los vaivenes paren y haga lo que le de la gana pero que siempre sea igual.

Para empezar yo prefiero dormir con manta, sí, habeis leido bien: que por el día me maten cuarenta grados de calor seco y por la noche baje en picado el termómetro y la cama te espere con una mantita que dé gusto abrigarte con ella. Hablo de calor seco porque con calor húmedo, yo sólo he sufrido noches de...calor húmedo también y con el otro tipo no.

Esta semana de la que hablo puedes llegar a dormir con la chaqueta del pijama, en bragas, desnuda, con manta, con sábana y encima de la cama. En fin, una porquería. Por supuesto cuando el calor aprieta de lo lindo, aparte de no conseguir dormir, te das vueltas y más vueltas simulando que será la posición en la que estás, la culpable de no cerrar el ojo...

Añadamos otro condicionante a la aventura: tu pareja. Imagínate que todo lo anterior te sucede cuando estás sola y eres tú quien se come la situación pero en cuanto duermes acompañada, la situación se complica al cubo por lo menos: a ver cómo haces para dormir, no moverte para no molestar y que no te echen de la cama por ser un culo inquieto que lo único que haces es impedirle que descanse. Porque claro la dinámica es la dinámica: estás acostumbrada a empezar en una posición, pasados unos minutos darte la vuelta y pasarte la noche haciendo poses de mimo. Además de segundo apellido te ha bautizado "Estufa" cuando era invierno y ya lo tienes grabado a fuego en tu piel, ergo estos meses te van a castigar sí ó si... Y por último, por si no tenías suficiente (tú aunque más ella): llevabas muchos años siendo normal pero así de repente has vuelto a las andadas y tus sueños ya no sólo se desarrollan en tu mente sino que de repente te despiertas cuando ya estás de pie al lado de la cama pegándote cual boxeador con ese peligro que ves venir....aisssssssssssssss, vaya paciencia que han de tener algunas...

lunes, 4 de julio de 2011

Verano

En esta época del año es cuando la gente mayoritariamente aprovecha para tener vacaciones, pero quien verdaderamente las disfrutan y están deseando que lleguen son los niños, chavales y....las mascotas!!! Si, porque los animales también pueden salir más a la calle, estar más con la familia y recibir todos esos mimos que durante el año les han sido dados a cuentagotas.

Pero qué sucede usualmente cuando niños y animales están a su libre albedrío? Que llegan los accidentes por despistes varios. Si ya de por sí ver a un niño en esa situación te da pena, cuando le sucede a tu perro es que te duele el alma. Porque con los niños hablas, razonas, consuelas y ellos te pueden decir cómo se sienten pero a un perro a ver cómo le haces entender que estás ahí con él y que no pasa nada, que ya verá qué pronto se recupera, por no decir que él intenta hablar contigo y sus ojos lo dicen todo pero a ti te parece que no te llega del todo su sufrimiento.

Cuando le ves, cuando te mira, cuando lo coges en brazos y sientes sus temblores, cuando no tienes ni idea de su diagnóstico y siempre te pones en lo peor es cuando te sientes como una inutil por no entender su lenguaje y más cuando él entiende todo lo que le dices. Le llevas al veterinario y lo que en principio era un fallo en la pata derecha, estando allí la pata izquierda también le ha empezado a fallar, terminando con el descontrol traseril y venga radiografía por aquí y radiografía por allá. Le tocan, le retuercen y no ven nada, se queja nada ó más bien poco cuando le examinan a fondo. Al final inyección y pastillas esperando que sea una cuestión de pinzamiento de nervio en la columna ó algo parecido.

Si ya de por sí odia ir al veterinario, volviéndose loco a ladrar sin parar, ha terminado cogiéndoles miedo. Este año, a principio de sus vacaciones, ya pasó a que le quitaran una espiga de su oido; cosa harto habitual en él, ya sea en oido, pata ó dedos. Hoy ha dado un paso más: ha dejado de dominar sus esfínteres y ahí lo ha dejado todo, ó eso pensaba yo porque una vez dentro con la veterinaria, su máximo objetivo era interponerme entre ella y él y ha vuelto a dejar libre su esfínter; ver la puerta abierta ha sido sinónimo de huida y sólo se ha sentido bien cuando nos hemos ido a casa.

La próxima vez que salga corriendo detrás de un gato como alma que lleva el diablo le voy a dar de collejas hasta que me duela la mano, hombre ya!!!

P.d. Todavía no han terminado sus sesiones de veterinaria, veremos el próximo día....