viernes, 30 de enero de 2009

Tres Unos

El día había llegado, después de tanto tiempo estudiando la agenda en la búsqueda de unas fechas libres, ahí estaba. Las ganas eran mayores de lo que podía suponerse y el sol acompañaba su estado de ánimo. Sonó el teléfono y contestó pensando equivocadamente en la persona al otro lado de la línea, pero no era ella. Tanta planificación, tanto esmero en cuidar cada detalle se vieron truncados por la conversación mantenida en aquella llamada. Un asunto importante en su trabajo, del cual dependía la aprobación de un proyecto, tenía que ser resuelto antes de que empezara el mes próximo; eso significaba que aquel era el último día en que se podía resolver, sin excusas su mente empezó a cavilar. La tristeza le invadió por unos instantes pero no había más remedio, tendría que llamarle y comunicar tan desastrosa noticia.

Al principio, como es natural, no se lo creyó; aunque le aseguró que solamente se retrasaría un día, esas veinticuatro horas se harían eternas. Le dijo que no cambiara nada, que fuera ella, que no esperara para llegar al mismo tiempo, debía disfrutar de ese entorno ideal ya que en realidad, lo tenían todo pagado de antemano y estaba allí, esperándola. Le costó convencerla, pero le saco la promesa de que sí iría.

La mañana fue un constante ajetreo; llamadas, memorándums, reuniones, directrices discutidas ferozmente, alternativas a cada posible problema que se pudiera plantear y las soluciones finales. Hicieron un descanso para comer y quedaron en reunirse por la tarde con los posibles clientes. Hablaron y hablaron, hubo un toma y daca sobre unos apuntes mínimos del trabajo y estrechamiento de manos concluyendo, por fín, la odisea de jornada además del dolor de cabeza que le acompañó al ver alterados todos sus planes. Miró la hora y se sorprendió. Cómo era posible que habiendo empezado el encuentro a las cinco de la tarde, éste hubiera durado hasta las diez de la noche? La presión había sido tal que las horas pasaron en un suspiro.

Una vez en casa, le llamó comentándole que todo había ido bien, le preguntó qué tal había transcurrido su día y charlaron durante unos minutos de varios temas. Al despedirse quedaron en verse a media mañana del día siguiente, madrugaría un poco y aprovecharían para darse una vuelta antes de ir a comer. Colgó con una sonrisa traviesa en su cara. Tenía en mente otros planes muy diferentes y lo último que se le había pasado por su mente era comentárselos a ella.

Las maletas estaban preparadas y listas para llevárselas desde la mañana, las metió en el maletero y encendiendo el motor del coche se dirigió al destino pensado durante tanto tiempo. Llegó a las dos de la madrugada. La ventaja de haber manejado todo el papeleo, haciendo reserva y ocupándose de todo, se veía ahora recompensado: tenían su nombre y ella sabía el número de la habitación. El esquema mental se iba desarrollando de forma efectiva y delante del mostrador de recepción pidió la llave de la suite 311. Con ella en su poder, enfiló hacia el ascensor con relativa prisa.

A esas horas el sueño sería profundo, conocía sus costumbres y lo más pronto que se solía acostar era la una y media de la madrugada por lo que se habría adentrado en una fase del descanso donde lo más difícil es que se enterara de lo que sucedía a su alrededor.

El sonido de la tarjeta al abrir la puerta fue seco y duro con un volumen de sonoridad alto debido al sepulcral silencio que acompaña a la noche. Entró sin hacer ruido y durante unos instantes, se mantuvo de pie parada para que sus ojos se adaptaran a la oscuridad. Allí estaba, tumbada de medio lado, con una sábana que ocultaba mínimamente su cuerpo. Se desnudó acercándose de forma sigilosa al lecho; se inclinó y, como a cámara lenta, fue desplazando la sábana hacia un lateral de la cama. Por suerte el calor de la estancia provocaba un ambiente cálido y no se inmutó.

Estaba situada detrás suya y su mano izquierda se dirigió al empeine de su pie; con los dedos índice y corazón fue delineando su silueta, pasando lentamente por su tobillo, llegando a la rodilla y deteniéndose, un par de besos en ella para ir comprobando las primeras sensaciones de su cuerpo. Siguió subiendo con sus dedos por su pierna llegando a la curva de su cadera, los besos se iban depositando uno detrás de otro, dejándoles caer por delante y por detrás en esa zona delimitada. La ascensión continuaba y las yemas apenas rozaban su piel, accedieron despacio, muy despacio a la curvatura de su seno; los besos también eran necesarios allí, no podía dejar que se enfriara y sentía cómo reacciona con cada reposo de sus labios. La mano se situó en el hombro y en su camino hacia el cuello, notaban claramente cómo la piel se erizaba diluyéndose como los granos del desierto en el caminar a lo largo de una senda. En la nuca, la mano dio su testigo definitivo a la boca. Los besos se alternaban con imperceptibles mordisquitos que empezaron en el nacimiento del cabello, pasando por su delicado cuello y llegando a la comisura de sus labios.

Labios en donde una muralla impedía el paso hacia un lugar más cálido y acogedor, más húmedo y caliente. Ligeramente con su lengua le rozó esa barrera de marfil. Lentamente y despacio, muy despacio empezó a abrirse dejándole pasar. En ese instante ella abrió los ojos y sus miradas se cruzaron; en ellos había una sonrisa y un mensaje: y es que la noche, la noche acababa de empezar...

miércoles, 28 de enero de 2009

Relaciones

Berta y Loreto se conocieron en el gimnasio, se habían apuntado al badminton y el primer día estuvieron practicando juntas, siguiendo las lecciones del profesor. La hora se les pasó en un suspiro y después de ducharse se fueron al bar a tomar algo.

La conversación era fluida y no decaía, los temas aparecían sin esfuerzo pasando de uno a otro y llevándoles a conocerse un poco cada vez más. Las preguntas iban y venían, con unas contestaciones que les asemejaban bastante a la hora de ver la vida y de entender los pensamientos de los demás.

Aquel día se despidieron pero la relación en un principio de simples conocidas se fue afianzando. Siempre se buscaban para practicar, la salida al bar era obligatoria y hablaban y hablaban de todo, exponiendo sus ideas y rebatiéndose mutuamente cuando éstas eran opuestas.

Un día Loreto se encontró con otra amiga y lo que en un principio, era algo normal, le enseñó una lección valiosa. Siempre había sido una persona que mantenía dialogos con las personas sin pensar en que hubiera nada más detrás de lo que le contaban y por lo tanto, creía todo lo que le decían. Hacía tiempo que no veía a su amiga y charlaron sobre varios temas; en uno de ellos la amiga, sin saber nada, le contó una simple anécdota que le había pasado. Tras escucharle atentamente se dió cuenta que Berta le había mentido.

Era una tonteria, algo que no tenía la menor trascendencia pero le hizo reflexionar. Si desde un primer momento le había ocultado la verdad en qué otras cosas le habría mentido? Jamás se lo dijo a Berta pero lo que podría haber sido una buena amistad se truncó y dio paso a una relación cordial pero con reservas por parte de Loreto.

La mentira: cuál es su propósito? Piensas que no me enteraré jamás de la verdad? Crees que es la mejor forma de llevar una relación? Siempre es mejor una verdad dolorosa que una mentira piadosa.

La verdad anda sobre la mentira como el aceite sobre el agua.
Miguel de Cervantes Saavedra

lunes, 26 de enero de 2009

Atractiv@ vs Guap@

Excepciones aparte, por norma general solemos clasificar a las personas según nos parecen físicamente en guapos, normales ó feos. Pero hay parte de la población al que se le denomina de otra forma, son los atractiv@s. No son personas normales, por supuesto que tampoco los incluiriamos como feos y guapos? no, claro que no.

Todos tenemos la mirada subjetiva y a quien alguien le parece guapo a otro no se le forma la misma definición. En el caso de los atractiv@s no sucede lo mismo; tienen un algo que atrae, lo podrás ver feo pero ese algo... hace que lo veas guapo. Ambas categorias no encuentran acomodo para dicha persona pero puede estar en ellas a la vez y aún así tienen un apartado especial para ellas.

Sin entrar en otras consideraciones y basándote en el físico: a quién elegirías como pareja? A un guap@ ó a un atractiv@? Los primeros con los años se van marchitando y dejan paso de la frescura de la juventud a las señales del tipo de vida que han llevado. Los segundos, qué secreto tienen? A medida que los años van pasando cada vez son más interesantes. Habiendo llevado la misma vida esas dos personas, es curioso cómo no tienen nada que ver el físico del uno con el del otro.

Esta es una opinión propia, claramente influencia por el hecho de que a mí me pierden los atractiv@s, razonamiento que me ha acompañado a lo largo de toda mi vida. Quizás me equivoque ó no...

domingo, 25 de enero de 2009

Quiero morir

Titular que en un principio puede llevar a confusión. Porque nadie tiene en mente llevar a cabo tal acto con las excepciones habituales en toda las situaciones. Es un verbo por el que las personas pasan de puntillas sin querer profundizar en él aunque siempre hay momentos que se quedan más de un suspiro y consigue hacernos recapacitar sobre lo que significa.

Si me atengo a la genética, echo la mirada atrás viendo a mis antepasados y a la probabilidad de fenecer de forma natural, todavía tengo dos tercios de mi vida para disfrutar de los aciertos y errores que me harán tener mayor conocimiento de lo que significa la palabra vida.

Cuál es la mejor forma de pasar al otro mundo? La certeza de que la pregunta no tenga una respuesta hace que todo sean especulaciones sin fundamento alguno. La mejor opción es que pase cuando duermes, cuando estás paseando, cuando tienes una conversación...

Después de pensar sobre el tema, he decidido que así es como quiero que suceda. Quiero que empiece ya y cuya duración abarque todo ese periodo de tiempo que tengo asignado pero necesito tu ayuda; lo sé, debería hacerlo yo sola pero prefiero hacerlo contigo...

sábado, 24 de enero de 2009

Sabiduria

Necesidad disimulada es necesidad doblada.
Ocasión desaprovechada, necedad probada.
No dejes para mañana comida, hembra ó vino.
Obras buenas, hazlas a manos llenas; malas, ni una hagas.
Hay alegrías sosas y tristezas sabrosas.
Ofrecer y no dar, es deber y no pagar.
Yo que la buscaba y ella que no se quiso esconder, se juntaron el hambre con las ganas de comer.
Tu secreto en tu seno y no en el ajeno.
El amor, la tos y el fuego no pueden ser encubiertos.
Nada creas sino lo que veas.
Gana tiene de otra cosa la doncella que retoza.
Oidos que bien oyen, consejos encierran.
Gran poder tiene el amor, pero el dinero mayor.
A nadie la amarga un dulce, aunque tenga otro en la boca.
No temas a la competencia, teme a tu propia incompetencia.
A la mujer loca, más le agrada el pandero que la toca.
Sin la bolsa llena, ni rubia ni morena.
De la mujer el primer consejo, que el segundo no lo quiero.
El aragonés fino después de comer tiene frio.
Tanto hace por su fama quien te envidia como quien te alaba.
Ira de mujer, trueno y rayo es.
Todos desnudos nacemos, aunque vestidos no vemos.
El corazón no habla, más adivina aunque calla.
Dámelo perezoso y te lo daré vicioso.
El melón y la mujer dificiles son de entender.
Saber amar es mucho saber.
El que con locura ama nunca llega hasta la cama.
O bien ó mal, va a lo suyo cada cual.

Será verdad, será mentira pero todos ellos tienen la experiencia de la vida como base en sus conclusiones...

jueves, 22 de enero de 2009

Etiquetas

Salimos a la calle sin un objetivo claro, simplemente nos apetece pasear pero el tiempo no acompaña por lo cual decidimos a última hora dirigirnos a un centro comercial donde puedes distraerte sin necesidad de mirar hacia el cielo.

Una vez dentro, habiendo aparcado el coche que hemos cogido para ir allí porque da pereza andar atravesando la cortina de lluvia, comprobamos que no somos los únicos y que las hormigas han decidido reunirse todas bajo la seguridad del hormiguero. Podemos tomar una cerveza, ir al cine pero como todavía no es la hora decidimos entrar en el supermercado para ver y observar todo lo que podamos, ya sea en la sección de comida como en electrodomésticos, perfumeria, libros, música y un largo etcétera.

No puedo dejar de "vigilar" el comportamiento de mis compañeros de situación, miran y miran, hablan, comentan, especulan, piensan y finalmente deciden. Hay una constante en su forma de actuar: cogen el artículo, le dan mil vueltas, miran su procedencia, su nombre y su precio. Finalmente eligen si llevárselo ó no. Cuál es la máxima por la que han decidido dar su aprobación? Ni más ni menos que el "nombre", les da igual el resto de condicionantes, si es conocido lo introducirán en la cesta. Claro que no hay que olvidar que ese título conlleva además que debe tener un precio adecuado; cuanto más caro, mejor. Ya se sabe, si algo tiene un precio barato es porque algo esconde...

¿Por qué somos tan influenciables? ¿Cuánto bombardeo publicitario nos llega a la mente para hacernos pensar así? Nosotros somos quienes decidimos lo que es mejor pero alguna vez, sino siempre, deberíamos parar a reflexionar y entender que no todo lo bueno es caro ni todo lo malo barato.

Así que la próxima vez que elijais una botella de vino que no sea solamente por su etiqueta y por su precio. Mirad el año de su cosecha, el tipo de uva utilizada para su elaboración, en qué estanteria la tienen colocada para mantener todo su gusto y sabor, a qué lo quereis acompañar y finalmente si, el precio. El hecho de abrirla y comprobar que no te gusta ya es otra cuestión pero por lo menos no te sentirás tan engañado como si sólo te hubieses guiado por el nombre...

martes, 20 de enero de 2009

SPM

O lo que es lo mismo: "somos perfectamente moldeables". En realidad todo el mundo sabe que esas siglas tiene otro significado pero si nos paramos a pensar, el descrito por mí también es adecuado a dichas letras.

De un tiempo a esta parte, cada vez más, escucho esta excusa para definir la situación emocional por la que atraviesa una persona. Si estás enfadada ó demasiado alegre; si estás nerviosa, confusa, estresada, etc... siempre habrá alguien que te comente si la llegada de la regla no anda cerca. El sector masculino lo utiliza porque es más cómodo no pensar, no indagar en el interior de la mujer, porque es la mejor excusa que piensan para "entender" la reacción de la que tienen enfrente. Sin embargo, las mujeres... ¿por qué también tienen ese tipo de respuestas?

La curiosidad me llevó a indagar sobre el tema en cuestión y me hizo gracia, mucha porque los resultados fueron sorprendentes; quizás sea debido al hecho de que, si estás oyendo cada dos por tres la frase de marras, llegas a un punto donde crees que seguramente sea así, que la mayoría de las mujeres padezcan este sindrome.

Ha habido varios estudios afrontando dichas reacciones en las mujeres y la estimación es que alrededor de un 30% tienen algún síntoma como por ejemplo: nerviosismo, ansiedad, depresión, posibles cefaleas, edema, mastalgia... y que un 10% presentan un alto grado ó sintomas importantes que afectan a su vida diaria.

Por tanto, conclusión que extraigo de todo esto es que ¡hay un 70% de mujeres que no les supone ningún problema! Que somos como somos, que no me vengas con la frasecita porque no te la admito, y que si no entiendes lo que sucede, preguntes antes de sacar tus propias conclusiones simplista y estrecha de miras.

lunes, 19 de enero de 2009

Inspiración profunda

Esta no es la entrada que tenía pensada escribir porque no he podido llegar más allá de las dos primeras frases. Llevo una temporada con un asunto en mi cabeza y aunque normalmente lo tengo aparcado en una esquina donde no molesta, se le ha ocurrido trasladarse al centro del cerebro y ahí sí que forma un embotellamiento en las vías de circulación.

La causa más probable sea que hoy me he levantado sin una pizca de paciencia y eso significa que estoy en zona de peligro. Suelo tener paciencia, conmigo y por supuesto que con los demás. Me repito una y otra vez que el tiempo es la mejor arma a la hora de ver los resultados que tú quieres. Pero hoy no es uno de esos días y tengo que calmarme.

En situaciones así, empiezo a notar malestar y ello conlleva acción, no pararse, decidir, actuar. Como algo me conozco, tiendo a tomar decisiones dentro del enfado que no son las más adecuadas. Pero necesito desfogarme y si no lo consigo, aumenta mi mal genio en proporción geométrica. Y ya ha comenzado y me estoy mordiendo la lengua por no poner peor las cosas. Necesito soledad, estar conmigo misma, mandarlo todo a paseo y pensar sólo en mí.

Esto me pasa por estar siempre a "disposición de", intentar ayudar a todo el mundo, terminando sintiéndome mal porque no llego a todo, porque pienso que les he fallado, porque me siento así, por no ser egoista, porque si pensara un mínimo en mí enviaría todo con viento fresco.

Si lo escribo dos veces es para leerlo, releerlo y volverlo a leer; vamos a ver, hoy no estoy para tonterias, hoy es mi dia y sólo pensaré en mí. Me estoy enfadando demasiado y no me apetece. Ya vale de tanta idiotez, tengo que tener la boca cerrada porque me saldrán frases peligrosas, hirientes y dolorosas. Frases que no pienso pero que hacen mucho daño y no quiero; después vendrá la fase de arrepentimiento pero no siempre las cosas se arreglan de forma fácil y sencilla.

Espabila por una vez y deja que todo lo que te está sucediendo se quede aquí. Respira las veces que te haga falta, despacio y sin pausa. Si notas que no se te pasa, entra de nuevo a este blog y dedica cinco minutos a releer lo que has escrito.

viernes, 16 de enero de 2009

Detalles

Miradas que traspasan la piel.
Insinuaciones que una vez oidas, escuchadas, pensadas e interpretadas se convierten en certidumbres.
Caricias imaginadas siendo dibujadas en el cuadro de tu cuerpo.
Obsesión por poseerte lentamente.
Resistencia a abandonar la batalla antes de pensar en una derrota.
Animo ante las dificultades e incidencias del día a día.
Zigurat construido en su base por cimientos rellenos de sentimiento.
Orbitando a tu alrededor, puro magnetismo irresistible.
Necesidad generada a cada momento de la historia, reconociendo que los límites que se tienen son traspasados sin ningún comedimiento.
Lentos e inexorables pasos con un único fin.
Ambición comedida y a la vez desmesurada.
Tentar y tentar, cada palabra es una tentación.
Experiencias que se quedan grabadas a fuego en la mente, situaciones, historias, momentos en los que te estrenas.
Personalidad, atracción, misterio...
Observadora de lo que se ve y lo escondido, de lo dicho y lo callado.
Risueña, comedida, dicharachera, juerguista, diferentes personalidades para cada momento particular.
Títere manejado con suaves movimientos por deseo y no obligación.
Impulsos que no se detienen porque son el alimento de la vida y cual reloj, son los segundos que van sumando y sumando...

Minúsculos pensamientos transformados en palabras para reconocer y darse cuenta de la realidad.

miércoles, 14 de enero de 2009

Sano y saludable

- Poner el despertador a las seis para empezar a despertarte escuchando la radio.
- Levantarte media hora ante para hacer café.
- Abrir las ventanas de par en par, dejando que la corriente circule por la casa si pueden ser tres horas mejor que dos.
- Lavarte la cara tres veces.
- Echar el café antes que la leche en la taza.
- Utilizar "la" cuchara para desayunar.
- Quitar la capa inexistente de la nata.
- Observar si la taza está humeante pues es la temperatura ideal para ingerir todo tipo de liquidos.
- Beber café, cuanto más fuerte mejor, sólo y sin azucar.
- Remover el yogur aún cuando jamás le añades ningún aditamento.
- Partir la manzana verticalmente y extraer el corazón con habilidad quirúrgica dejando los dos trozos como si no los hubieras tocado.
- La nevera ordenada, lo que significa que armarios, cajones, estanterias... también han de estar ordenados.
- El papel higiénico colocado con la salida por delante.
- Colocar los zapatos como corresponden cuando los guardas.
- Subir y bajar de casa siempre por las escaleras.
- Abrir y cerrar, tanto la puerta del portal como el buzón, con un giro de muñeca en un movimiento continuo sin pausa.
- Salir con el perro con los cascos, gorro, braga y guantes si hace falta y, por supuesto, con la chamarra abierta de arriba a abajo.
- El volumen del mp4 en el número 29.
- Llevar el móvil en vibrador porque de todas formas no oirás si te llaman ya que la música te llena los oidos.
- Si el perro come naranjas, palitos de pan, patatas fritas, queso, etc, además de su pienso; también comerá "por propia voluntad", los corazones de la manzana, el plátano y las uvas. Salvo el aguacate, que todos entendemos que hay ciertos alimentos que ni para mí ni para nadie.
- Llevar la cesta de la compra en la mano y no arrastrada sobre sus ruedecitas.
- Hacer la suma mental de los artículos que vas adquiriendo en el supermercado.
- Coger el más escondido y más oculto de los productos colocados en las estanterias.
- Si puedes, dar siempre los céntimos exactos ó aquellos que hagan que te devuelvan una cifra exacta.
- Recordar datos, números, construyendo una historia tan larga que sería mucho más sencillo que simplemente dejaras colocados en tu mente esos dígitos.
- Antes de salir con el coche, el cinturón de seguridad puesto y la música con el volumen tambien en el número 29.
- Comenzar a hacer bici cuando el reloj está acabado en cero ó en cinco.
- Acabar de pedalear entre los minutos 118 a 120 a tope sintiendo como las piernas te arden.
- Ducharse con la temperatura del agua oscilando hacia el frio y terminar con frio.
- Ponerse anillos, pulsera, pendientes y reloj ó no usar nada.
- En cuanto anochece, bajar las persianas de casa totalmente.
- Una vez acostada, apagar la luz para ir a dormir y encender la radio.
- Dormir con la mayor oscuridad posible.

lunes, 12 de enero de 2009

Tiempo

Llevamos unos cuantos días, habiendo pronósticos de que no serán ni los únicos ni los últimos, donde la palabra invierno nos enseña lo que su definición quiere decir. Como seres humanos que somos, nos habíamos habituado a pasar de puntillas por esta estación, pues hacía bastante tiempo que no disfrutábamos plenamente de ella y el resultado es que nuestros cuerpos deben amoldarse de nuevo a esta situación.

Hemos probado todos los consejos que han llegado a nuestros oidos: ropa y más ropa, consiguiendo que una cebolla a nuestro lado quede ridícula pues la ganamos ampliamente en el número de capas que llevamos encima; calditos para calentar nuestro interior porque la vestimenta no llega allá donde más sentimos el frio.

Una vez que llevamos a cabo todas estas operaciones, estando alimentados y refugiados dentro de una montaña de ropa es cuando nos damos cuenta que hay otra parte nuestra que necesita de los mismos mimos e incluso, yo díria, que más. Estamos sentados delante de la pantalla del ordenador y notamos cómo el corazón late pero que su ritmo va descendiendo paulatinamente: qué hacer? cómo remediarlo? cuál es la solución?

Me quedé pensando y a mi mente vino que la respuesta a tales incógnitas era la siguiente

Cuando tus ojos me miran (acústica) - Franco de Vita

viernes, 9 de enero de 2009

Positiva experiencia

El día había comenzado como otro cualquiera, la temperatura exterior era de -6º y hacía sol. Después de desayunar procedí a darme un paseo con el perro; ambos necesitabamos estirar las piernas y disfrutar de los paisajes nevados. Andamos, corrimos, jugamos hasta que nuestros cuerpos dijeron basta. Al volver a casa la rutina habitual de abrir el buzón esperando que estuviera vacio ó que hubiera alguna factura del teléfono ó de la luz. Pero esa vez una carta reposaba en el fondo, su blanco inmaculado atraía a mis ojos y me invitaba a cogerla.

Mi mano se acercó y los dedos se posaron en ella para sujetarla y agarrándola la saqué. Miré y vi que aunque la dirección era correcta se habían equivocado de destinatario; dándole la vuelta observé el remitente, un nombre: Miriam. La duda se aposentó en mi cabeza: tiraba la carta a la basura? y si era importante? En estos tiempos es extraño que te comuniques de esta forma cuando lo más fácil, sencillo y cómodo es usar el teléfono ó internet. Decidí abrirla, después de leerla ya vería que medidas adoptaría. Se trataban de tres folios escritos por una cara y con una letra bonita. El resumen de lo que decía? Le escribía a su ex describiéndole cuales eran sus sentimientos y el profundo dolor que sentía por la doble traición: se había ido con otra y le había robado la posibilidad de volver a confiar en otra persona.

No podía dejar de hacer algo. Esa carta nunca le llegaría a la destinataria pues yo desconocía su paradero pero quizás, quizás... yo si podía actuar. Una idea germinó en mi mente y subiendo las escaleras hacia mi casa fui trazando el plan a seguir. Entré y dirigiéndome a la habitación me senté delante del escritorio, comencé a escribirle relatándole lo sucedido y, aún siendo una persona extraña para ella, dándole un par de consejos tratando de animarle a seguir con su vida.

Pasaron los días, la carta quedó en el olvido hasta que otra mañana de invierno igual que la de aquel día me llegó su respuesta. Me agradecía el que le hubiera contestado y las palabras que le escribí; continuaba explicándome la relación fallida por la que acababa de pasar y que con mi carta, se sintió bien por primera vez desde hacia mucho tiempo ya que siendo una desconocida había conseguido, a través de ella, hacerle recapacitar y ver su vida desde un punto de vista diferente.

Mantuvimos una relación epistolar durante un par de meses, consiguiendo que nuestros buzones se llenaran todos los días de una carta e incluso, a veces, de dos ó tres. Cada vez nos contabamos más cosas, nos sentíamos más a gusto describiendo nuestros pensamientos y sentimientos a esa "desconocida" que esperaba al otro lado de la hoja desgranar cada palabra, cada frase escrita por la otra persona. Y sucedió lo inevitable: quedamos un sábado por la tarde en un bar concreto, a una hora exacta.

Llegué con diez minutos de antelación, los nervios no aparecieron ó si? porque claro, eso que sentías en el estómago sería sed, hambre... Me senté en la mesa a esperar y pedí un café; observaba a la gente en la sala, personas amigas que pasaban un buen rato, hablando, charlando, disfrutando de ese día de asueto en sus vidas. Se abrió la puerta y entró una chica morena de pelo corto y ojos marrones. Sería ella? No nos habiamos visto nunca ni tampoco enviado fotos; la imagen era una incógnita para nosotras pero, sí, algo me decía que era ella.

Me miró, le hice una señal y acercándose una sonrisa se empezó a formar en mi cara. Se sentó y comenzamos a hablar, sabíamos tanto y tan poco de nosotras que era como comenzar de nuevo. La única diferencia es que había sentimientos de por medio y que ambas los conocíamos...

El día que recibí tu carta no sabía lo que el futuro me depararía pero es una fecha que la tengo grabada en mi mente y algún día te la recordaré...


miércoles, 7 de enero de 2009

Al día

Tocaba, tocaba, hace ya unos días que lo vienes advirtiendo pero hasta hoy no te has decidido. Te lo vengo diciendo desde hace tiempo pero no quieres darte cuenta. Seguramente será porque te niegas a ver la parte negativa, tanto de las cosas como de las personas. Si fuera la primera vez tendrías una mínima disculpa pero no es así; desgraciadamente te ha ocurrido con anterioridad y conoces cual será el final.

Antes intentabas arreglarlo, ponías todo de tu parte e incluso aquello que no te correspondía a ti. Peleabas, luchabas, hacias lo imposible por vencer los obstáculos que te construían porque sentías que merecía la pena. Pero estas experiencias te enseñan, aprendes a base de golpes, desilusiones, desesperanzas, negaciones, traiciones, jugarretas y lo único que desearías es no saber, no conocer, no enterarte, no pasar por ello.

Ahora estás en la misma situación: distinta persona, distinta relación, distinta edad, distintas expectativas pero igual máscara, igual diálogo, iguales frases, igual... Lo que has cambiado has sido tú: ya sabes lo que es, sabes lo que pasará, sabes que no vas a luchar, sabes que no vale la pena, sabes que si la otra persona quiere que te busque, sabes que si realmente estuviera interesada no se daría esta forma en vuestra relación. Te cansaste porque aún conociendo todo esto, has intentado y conseguido variar la dirección en tres ocasiones anteriores pero a cambio de qué?

Y eres idiota o no tanto porque hoy me escuchaste: se acabó, si quiere algo de ti ya sabe dónde estás; que no piense que como siempre estarás detrás suyo, pensarás primero en ti antes que en la otra persona. Supuestamente, al principio no se dará cuenta, normal; esperará que seas tú quien mueva ficha, luego ya empezará a pensar que pasa algo. Por supuesto que como no ha hecho nada pues no entenderá qué ha pasado pero como tampoco anda mal de "luces" sabrá hallar la respuesta. Qué decidirá hacer? Ni idea pero hoy, por fin te decidiste y por primera vez primero estás tú.

Importa mucho más lo que tú piensas de ti mismo que lo que otros opinen de ti.

Lucio Anneo Séneca

martes, 6 de enero de 2009

Aussie, aussie...

En escasos quince días estaré disfrutando delante del televisor a unas horas nada habituales de uno de mis deportes favoritos. Se da la circunstancia de que se juntan don asuntos que son de mi total agrado: el tenis y Australia.

El hecho de tener en mente visitar este pais-continente hace que sea un tema de conversación que, de vez en cuando, saco a colación. Me encanta tener conocimientos sobre este país de nuestras antípodas y si lo uno a otro de mis paises favoritos, Japón, podría estarme empapando sobre su cultura, tradiciones, historia y así un largo etcétera sin fin.

Como lo usual es traerse un recuerdo de cada lugar nuevo en que recaigo pensé y pensé y decidí que lo mejor sería uno de los símbolos por excelencia del país. Podría haber elegido un koala pero me decanté por el marsupial y estoy hablando, no precisamente de un peluche sino del animal de carne y hueso. Al conocer la gente de mi alrededor esta idea lo que han intentado es disuadirme de tal fantasia y para ello no se les ocurrió otra cosa que mostrarme el siguiente video:



P.D. Estos gabachos (con cariño) no tienen sentido del humor...
P.D. Un poco de cultura nunca viene mal... Gabacho: Nombre despectivo que se aplica a los franceses desde 1530. Del occitano "gavach", "montañés grosero", "persona procedente de una región septentrional y que habla mal el lenguaje del país". El sentido propio del vocablo es "buche de ave" (siglo XIII) y "bocio", aplicado a los montañeses de las zonas occitanas septentrionales, por la frecuencia de esta enfermedad entre los mismos.

domingo, 4 de enero de 2009

Pasos

Ochenta y ocho horas después de que un dígito cambiara en nuestro calendario, estoy sentada escribiendo este primer post del año. Ha habido más de una razón para el hecho de no plasmar ninguna palabra en este rincón pero la principal ha sido la pereza.

Cuando tenía quince días de vacaciones en el entrenamiento me ocurría algo parecido. El primer día de vuelta a la rutina el simple hecho de dar un paso me suponía una pereza física con la que me tenía que pelear mentalmente para abandonar. Sólo me duraba hasta que recorría los cinco minutos que separaban mi casa del gimnasio; pero la determinación de coger la bolsa deportiva surgía de mi cerebro, pues mi cuerpo no estaba de acuerdo conmigo. Una vez en el tatami se me olvidaba todo y generaba la adrenalina que mi cuerpo había estado guardando durante esos días de reposo. Acabado el entrenamiento, duchada y de vuelta a casa, en lo único que pensaba era en volver al día siguiente a practicar y a desahogarme y por supuesto que de la pereza ya no sabía ni su significado.

En cambio la pereza mental, cómo la combato? si desde el mismo cerebro ya están haciendo huelga, es complicado ordenarle nada; básicamente porque las ordenes salen de la misma parte del cuerpo y eso se traduce en la pescadilla que se muerde la cola. Estoy rompiendo ese círculo vicioso y veremos lo que me depara este año en cuanto a textos imaginados, pensados, inspirados, escritos y elegidos por mí para quedar impresos en este compartimento de la tecnología actual.

En cuanto al libro, sólo me he leido un par de páginas pero todo tiene su explicación. Me ha gustado el inicio y, comparándolo con un buen vino, he de paladear cada sorbo que las palabras al ser leídas, producen en mí pues nada es eterno y a cada gota-silaba le debo dar la importancia que se merece...